Solo Dembow

Las bodas entre homosexuales no están permitidas por las leyes nacionales y la Constitución, por demás, solo reconoce el matrimonio cuando se produce entre un hombre y una mujer.
Llama la atención, por tanto, que la Junta Central Electoral haya revelado que en algunos hoteles del país se han estado celebrando bodas entre parejas de hombres o de mujeres, en franca violación a nuestros mandatos legales y jurídicos.
En tal contexto, el presidente de la JCE ha dado instrucciones a la Dirección Nacional de Registro del Estado Civil que suspenda la celebración de bodas en una de las cadenas hoteleras del Este, no sabemos si de todas las bodas, las válidas, o, sencillamente, las ilegales, es decir, las que pretenden ofi cializar las uniones de los homosexuales.
Un hecho grave, reportado por la JCE, es que hay personas que se prestan para el montaje de lo que llaman “bodas simuladas”, sin autoridad para formalizarlas legalmente.
Eso indica que pudiera existir una mafia ocupándose de estos asuntos que, en el fondo, no son más que burdas usurpaciones del papel que les corresponde, en las bodas civiles o por la ley, a los oficiales acreditados para tales fines.
Talvez son muchos los incautos que, en la creencia de que en este “paraíso sexual” se puede de todo, vienen aquí a “casarse” y a considerar que ya sus vidas están oficialmente validadas por la ley dominicana.
De todas maneras, es pertinente la decisión que ha tomado la JCE de ordenar una exhaustiva investigación de estos “matrimonios”, para luego proceder, tras las comprobaciones de lugar, con la acción judicial contra todos aquellos que han violado las leyes y la Constitución prestándose para estas maniobras